Las Dianas

11/02/2012

Tradicionalmente las ‘Dianas’ o ‘Alboradas’ son concebidas para despertar y llamar a la gente a un nuevo día de fiesta. Las dianas son el sonido del despertar, la música del amanecer, el son musical con el que los mozos, encabezando la banda, sacan de la cama a la población y anuncian el comienzo o la continuación de la fiesta. Para ello , los mozos, la banda y el grupo de incondicionales que los acompaña, se desparraman por el pueblo y expanden el agudo sonido de la música por todos los rincones .

En la actualidad, las ‘Dianas’ han perdido ese carácter anunciador del alba. Se han convertido en un acto alegre, en un lugar de encuentro en el que vecinos y visitantes siempre bienvenidos realizan un recorrido festivo por todas y cada una de las viviendas del pueblo, en una auténtica jornada de puertas abiertas. En Cuena, para gran parte de la población, son el acto esencial, el corazón de la fiesta.

Con el correr de los tiempos, el comienzo de las ‘Dianas’ se ha ido retrasando. Hay que tener en cuenta que la noche anterior ha sido noche de verbena y muchos, jóvenes fundamentalmente, se han acostado con la luz del día. Se inician por tanto poco antes del mediodía, cuando el sol está ya alto, tras la misa en honor del Santo Patrón. Se comienzan con la reunión del grupo frente a la casa de la autoridad competente, el alcalde pedáneo en este caso, al que de alguna forma se le muestra de este modo respeto y agradecimiento por su labor.

Allí se reúnen los mozos con la banda de músicos -piteros, acordeonista, saxofonista y tamborilero- y el personal más madrugador. A partir de ese momento, el grupo al que se le va uniendo el resto de la gente a medida que se recorre el pueblo, traslada la alegría de la fiesta por todas las casas. En cada corral son recibidos por los miembros de la familia habitante de la casa, encabezados por la señora. Tras la bienvenida y los saludos de rigor, la banda arranca con una pieza bailable en honor de la familia, que en los primeros momentos, sólo los más atrevidos se animan a ejecutar.

Únicamente en el caso de que se haya producido el fallecimiento reciente de algún miembro de la familia o amigo querido, la música se sustituye por una oración o unos instantes de recogimiento. Hay que considerar que es en estos actos de alegría cuando más se añora a las personas que nos han dejado. y su recuerdo es más vivo que nunca en estos momentos de celebración y festejo.

La señora de la casa a su vez agasaja a toda la concurrencia con un buen vino dulce que va preparando el ánimo para el largo recorrido, acompañado de galletas, pastas, aperitivos, o alguna especialidad de la casa preparada especialmente para la ocasión. Es también el momento de mostrar un poco la intimidad particular y satisfacer la curiosidad del vecino, del visitante, en cuanto a las mejoras y cambios que se han hecho en la vivienda durante el último año, de curiosear y ‘fisgar’, en el sentido amable de la palabra, de preocuparse y ponerse al día de cualquier asunto, tanto serio como trivial, referente a la familia.

Casa tras casa, va transcurriendo la mañana. Gracias al vino ingerido el ambiente se caldea, la gente se vuelve más locuaz, las voces suben de tono, se baila con más energía y entusiasmo y la alegría se desborda, hasta que al final todo el mundo se reúne en la ‘huerta larga’ donde se descansa de tan larga procesión reposando a la sombra de la arboleda.

En fin, describir estos momentos sobre el papel es complicado. Aconsejo e invito al lector a que el próximo año venga hasta Cuena el día de las ‘Dianas’, y por supuesto el resto de los días de la fiesta, se una a nosotros y participe en esta tradición que se festeja de forma ininterrumpida desde tiempos a los que ni la memoria de los más mayores llega. Y que tenga la seguridad de que siempre será bienvenido.

Reportaje realizado por Alberto García